Alojamientos únicos en Montenegro

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Hoteles con historia

Muchos edificios históricos están siendo reformados para albergar hoteles de lujo, o pequeños hoteles boutique con encanto, destacando por supuesto la isla de Sveti Stefan:

SVETI STEFAN

Esta isla fortaleza del siglo XV, junto con la Villa Milocer del siglo XIX ubicada en el continente, contiene 3 playas idílicas, incluida la pintoresca y privada Queen’s Beach, aislada junto a una laguna esmeralda .

Visto de lejos, parece un pueblo medieval, con sus casitas y sus tres iglesias, con callejuelas empedradas y patios oasis, y aunque nació como un pueblo de pescadores, hoy todo el pueblo isla es el Hotel Aman Sveti Stefan, cuya historia ya es fascinante.

Fue la reina María de Yugoslavia la que en 1934 se hizo construir, en Sveti Stefan, una residencia veraniega el el idílico lugar frente al mar, en una finca rodeada por más de ochocientos olivos. Pero para principios de los años 60 la villa ya estaba abandonada, ahí entran los pintores Petar Lubarda y Milo Milunovic, que se enamoraron del lugar y se empeñaron en convertir la residencia real y todo el pueblo en un complejo hotelero, y así las casas de pescadores pasaron a serl encantadores alojamientos de huéspedes VIP, convirtiéndose en el destino más glamuroso del Adriático.

La isla tiene sus propios restaurantes, chiringuito de playa, enoteca y  spa… de absoluto lujo.

Para los bolsillos más modestos no faltan otros hoteles Boutique con historia: 

  • Palazzo Radomiri, Kotor:

    Encaramado en el paseo marítimo de Dobrota, con vistas a la bahía de Boka Kotorska, el palacio de principios del siglo XVIII, pertenecía a una noble familia.

  • Hemera Hotel, Podgorica:

    En el corazón de la capital, Podgorica, este hotel ocupa en un edificio de principios del siglo XX restaurado. Con una decoración interior única.

  • Prisión Mamula:

    Esta histórica fortaleza en la isla Mamula se encuentra en un límite marítimo entre Croacia y Montenegro, un pequeño islote  circular de 200 m de diámetro. Solo la visita a la isla ya merece la pena. La antigua fortaleza que fue un campo de concentración, donde se torturaba a los presos durante la Segunda Guerra Mundial.

    A principios de enero de 2016, el gobierno de Montenegro, a pesar de las objeciones de quienes fueron encarcelados en la isla, aprobó un plan para convertir el sitio en un alojamiento de playa de lujo. Quizás próximamente lo vamos reconvertido y hasta podremos alojarnos.

Dormir en la naturaleza

No faltan opcionespara disfrutar la mágica naturaleza montenegrina:

  • Casas fluviales en Ada Bojana:

    Ada significa «isla fluvial» en montenegrino, y en la zona de  Ulcinj, al sur de Montenegro, nos encontramos 3 kilómetros de largas playas de arena y canales fluviales, donde es posible alojarse en una idílica casa de madera en el río, apartamentos tranquilos y disferentes. Hay que tener en cuenta que Ana Bojana es una isla naturista.

  • Ecoaldeas étnicas:

    Un grupo de cabañas de madera o de piedra ecológicamente sostenibles, con el objetivo de impactar lo menos posible sobre el medio ambiente del entorno. Izlazak, Komnenovo y Nevidi, son algunos de estos encantadores lugares que ofrecen este tipo de alojamiento Eco, rodeados de naturaleza.

  • Un pueblo de pescadores «Ribarsko Selo»:

    Ribarsko Selo significa pueblo de pescadores, y este encantador pueblo convertido en alojamiento turístico, ofrece bungalows con mucho encanto, una playa espaciosa y preciosas vistas al Adriático y a la entrada a la bahía de Boka Kotor. Además es posible disfrutar de un masaje relajante, o kayaks para explorar las cercanas playas de Mirište y Žanjice.

    Todos los días, entre las 11 y las 12 a. M., Los pescadores locales visitan el pueblo y traen pescados y mariscos recién capturados. Todas las especialidades culinarias que se preparan en el restaurante están elaboradas con ingredientes frescos cultivados orgánicamente en su huerto.

  • Granja de burros éticos «Donkey Farm Martinic en Danilovgrad»:

    Esta finca tiene alojamientos sencillos pero cómodos con un ambiente familiar y deliciosos almuerzos orgánicos saludables, donde se participa en los trabajos de la granja limpiando, cuidando los burros, recogiendo heno… Ecoturismo y sostenibilidad, la finca está hecha de materiales reciclados o usados. Tienen su propio viñedo y huerto  de hortalizas orgánicas.

    El objetivo de la granja es la de la protección de los burros montenegrinos de la extinción y del abuso, y es que  con una especie en peligro de extinción en Montenegro, solo quedan unos 150 ejemplares, que además producen leche de burra, y también se usan como terapia para los niños discapacitados al permitir paseos con ellos. Sin duda un alojamiento muy especial y comprometido. 

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