Viajero responsable

¿Cómo ser un viajero responsable?

Ser un viajero responsable es ser un viajero consciente y concienciado con nuestro planeta.

Somos muchos los viajeros que salimos a explorar el mundo, ya sea en nuestra propio país o al otro lado de mundo, debemos ser conscientes de la importancia de minimizar los impactos negativos en el planeta, a todos los niveles: ecosistema, economía, sociedad y cultura de aquellos lugares que visitemos, de manera que colaboremos en que el destino visitado perdure para muchas generaciones de viajeros.

Por ello proponemos un decálogo para ser un viajero responsable.

1.

Planifica el viaje…
dónde, cómo y cuándo

Es importante elegir el destino y diseñar el viaje pensando en las formas en que colaborar con el planeta a través del turismo. De manera que nuestra experiencia de viaje mejore la calidad de vida de las personas del destino elegido, proteja el planeta y sus seres vivos, y que al regresar a casa volvamos felices por la experiencia, y satisfechos por haber aportado nuestro granito de arena.

En definitiva intentar elegir transporte, alojamientos y actividades que no dañen, sino que mejoren la sostenibilidad en la medida de lo posible.

Informarse y planificar un viaje con suficiente antelación nos ayudará a evitar sorpresas innecesarias, tanto para nuestro bolsillo como para la buena marcha de nuestros viajes, y al mismo tiempo podremos ayudar a minimizar nuestra huella.

La reservas de transportes con antelación suficiente también nos ayudará a cuidar nuestra economía al tiempo que aseguramos calidad en nuestro viaje, y colaboramos en sostenibilidad.

Por ejemplo cuando elegimos un viaje con suficiente antelación podemos obtener mejores precios en vuelos directos, reduciendo escalas, y aviones… y por ello reduciendo las emisiones de huella de carbono de nuestro viaje.

Se Vive Viajes
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2.

Evita el turismo de masas

Este tipo de turismo afecta a los residentes de las grandes ciudades que se ven, por ejemplo, obligados a cambiar de casa por las desmedidas subidas de alquiler, o la aparición de alojamientos turísticos sin control, convirtiéndose en parques temáticos llenos de tiendas y restaurantes turísticos, y perdiendo la esencia local que le hizo atractivo. Como el caso más característico de Venecia. Pero también puede destrozar un entorno natural cuando se empiezan a construir sin control hoteles y apartamentos para acoger ingentes masas de turistas.

Aunque lo ideal sería que los propios gobiernos impusieran restricciones, como por suerte ya han empezado a hacer en lugares arqueológicos como Machu Picchu, en Perú, con un límite de visitantes diarios. Pero no siempre es así, y tenemos que apelar a nuestra propia responsabilidad.

Nuestro mundo está lleno de destinos maravillosos y desconocidos que esperan a ser descubiertos por viajeros atrevidos.

Diversifica, busca destinos diferentes, cambia la ruta y la forma de acercarte al destino.

Por supuesto, hay destinos míticos y joyas de la naturaleza y cultura universal que todos queremos conocer, pero podemos plantearnos la visita en épocas fuera de estacionalidad, nos saldrá más económico, disfrutaremos más y nos lo agradecerán.

3.

Elegir el Transporte
¿Avión, tren, barco, coche…?

En distancias cortas pensemos en plantar a los aviones.

Volvamos por ejemplo… Al tren y su romanticismo cuando las sorpresas están en el camino, disfrutando de ver la transformación de los paisajes entre un destino.

A la libertad de las rutas en coche, flexible y a nuestro aire,  descubriendo los encantos del camino.

Indudablemente si queremos viajar lejos, y salvo que tengamos todo el tiempo del mundo, necesitaremos hacer uso de los aviones, pero como ya hemos comentado hay formas de minimizar su impacto, tender a los vuelos directos o con menos escalas. Y una vez en destino optar por el uso del tren, autobuses, transporte público en las ciudades. O porqué no algo más activo y slow…
como la bici o los paseos a pie.

Se Vive Viajes
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4.

Elegir Alojamientos sostenibles.

En la medida de los posible es recomendable decantarnos por aquellos hoteles o apartamentos responsables con el medio ambiente:

1. Los materiales con los que están construidos, respetando el entorno, o integrándose en el paisaje si está en un paraíso natural.

2. Que implementen el uso de las energías sostenibles. Desde un hotel con políticas de ahorro de agua, uso de energías renovables y reciclado de residuos a una casa rural que use la energía solar, o que cultive los propios productos de sus restaurantes…

3. Pero por supuesto también responsables con las comunidades locales, colaborando con la economía local y los derechos sociales. Emplear a gente del lugar con contratos justos, evitando la explotación, y con un consumo de cercanía, es colaborar con la economía local y evitar el uso de más impactos por la importación de productos lejanos.

5.

Minimiza el impacto de tu
visita en el destino

  • Respeta la naturaleza del entorno visitado intentando no degradar el ecosistema, no tirar basuras, evitar el uso de plásticos de un solo uso, como bolsas o pajitas.
    Es mejor viajar con una bolsa o mochila reutilizable, reciclar las botellas de plástico, o mejor aún usar una botella de acero inoxidable en aquellos destinos que sabes que puedes beber agua del grifo.
  • No arranques plantas ni te lleves piedras o corales a tu casa como recuerdo. Piénsalo dos veces antes de seguir una moda pasajera.
    ¿De verdad crees que es necesario poner un candado u otras cosas en un puente, con el consiguiente gasto público que eso podrá suponer?
    ¿O apilar piedras en un acantilado deformando el paisaje natural y afectando al ciclo natural de plantas y animales?
Se Vive Viajes
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6.

Respeta a los animales

  • Si quieres conocer la fauna local, busca realizar un avistamiento de animales en libertad, busca empresas con prácticas responsables. O bien acude a centros de rescate de animales del maltrato para iniciar procesos de reinserción en la naturaleza, además colaborarás con el rescate de más animales.
  • No toques a los animales ni los alimentes, interactuar con animales en libertad. World Animal Protection nos alerta del maltrato que supone para algunas especies el contacto físico, suponiéndoles altos niveles de estrés, además de que puede alterar su forma de relacionarse con su propia especie, o perjudicarle a futuro volviéndole dependiente de una alimentación por humanos sin saber buscar su propia subsistencia.
  • Evita las actividades turísticas que usen animales como entretenimiento, donde se les hace actuar de formas que no son propia de su naturaleza. Muchos no sabemos que a algunos animales salvajes les sedan o torturan para eliminar sus instintos, por ejemplo a los elefantes, que sufren años de torturas para permitir llevar paseos a los turistas sobre sus lomos. O que para hacerse un selfie con un animal los sedan (como con tigres y leones), o mutilan, ( como búhos a los que se les corta un tendón en las alas para que no puedan volar)
  • Para no contribuir con la caza o pesca furtiva y el tráfico de animales protegidos evita comprar objetos hechos con materiales obtenidos de la caza ilegal (marfil, pieles, conchas de tortuga o caracolas…)

¿Quieres saber más sobre cómo ser un turista responsable con los animales? www.turismo-responsable.com

7.

Contribuye con la economía local

  • Intenta consumir productos y servicios propios de la zona, que mueva la economía local, es decir, que impliquen a otras personas y empresas del territorio.
  • Parte del placer de viajar es descubrir nuevos ingredientes y recetas, no tengamos miedo a probar gastronomías diferentes y nuevos sabores. Intentemos evitar las franquicias de cocina internacional. Evita las tiendas de grandes marcas, o la compra de falsificaciones, y llévate de recuerdo los productos propios del lugar, apoyando así el pequeño comercio, de esta manera sabrás que estás colaborando con la economía local, y no fomentando el tráfico ilegal.
  • Si quieres llevar ayuda a las comunidades con menores recursos infórmate antes de viajar para apoyarte en proyectos de desarrollo, y ong’s locales.
  • No tengas miedo a regatear, en muchas culturas es parte de la vida misma y casi una obligación, pero no abuses del regateo, para lo que nosotros puede suponer un ahorro mínimo, para el comerciante local puede ser una gran diferencia a final del mes, recuerda que muchas sociedades viven únicamente del turismo y sus ventas del día a día y sobreviven con ingresos ínfimos.
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8.

Respeta la sociedad y cultura local

Siguiendo con el punto anterior, intentemos entender las diferencias y peculiaridades de las gentes del destino visitado.

No hay nada más enriquecedor como relacionarse con la gente local para conocer y comprender su carácter, costumbres y tradiciones. 

Intentemos adaptarnos y no imponer nuestro estilo de vida. Conocer las formas de saludar, no hay nada que más guste que descubrir que el viajero sabe saludar en el idioma local, adáptate o los horarios de comida, respeta la vestimenta y formas de actuar en los lugares de culto… y como ya hemos comentado informarte sobre el regateo o las propinas de cada lugar.

9.

No derroches energía

Igual que en casa nos preocupamos de ahorrar energía, no dejar abierto el grifo de agua, no abusar del aire acondicionado, preparar demasiada comida para después tirarla… Porque deberíamos olvidarnos de estas prácticas de ahorro cuando viajamos. ¿Por qué no afecta a nuestro bolsillo? Pero sí a nuestro planeta.

  • No olvidemos que la escasez de agua potable y la sequia son uno de los mayores problemas del planeta, evitemos el gasto de agua innecesario en el hotel.
  • No abuses del aire acondicionado o la calefacción. Practiquemos el “si tengo frio me pongo un jersey”, y por supuesto no dejes la calefacción o el aire acondicionado durante todo el día para cuando llegues al hotel.
  • Si tienes un desayuno o un todo incluido con buffet no abuses de llenar platos que puede resultar en un gran desperdicio de comida. Es preferible repetir, que comer por los ojos y dejar el plato lleno de comida que acabará en la basura.
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10.

Súmate y comparte el Manifiesto
del Viajero Responsable

Una vez de vuelta en casa, reflexiona sobre lo que has conocido y aprendido en tu viaje, del destino, la gente, y cuales han sido tus logros como viajero responsable. 

Comparte la experiencia con familiares y amigos, formando parte de la propagación de los principios del viajero responsable.