La cocina uzbeka se ha ido forjando a lo largo de los siglos con influencias culinarias de otros pueblos que conquistaron las tierras de Asia Central, o recorrieron su caminos y mercados de la Ruta de la Seda: Turcos, Kazajos, Uigures, Tayikos, Tártaros, Mongoles…
con razón es una de las gastronomías más sabrosas de Asia Central.
En Japón, comer y beber es un arte. La propia comida tradicional japonesa es conocida como washoku que quiere decir wa= armonía y shoku= comida.
Nombrada Patrimonio de la Humanidad la cocina japonesa es mucho más que sushi, gyozas y ramén, y descubrirlo será una de las mejores experiencias de un viaje a Japón.
La gastronomía francesa es mundialmente conocida por su calidad y diversidad, disfrutar de la cocina francesa es lo más parecido a experimentar «l’art-de-vivre à la française».
Desde Normadía a la Provenza, de la Bretaña a la Alsacia, pasando por los vinos de Borgoña Bourgogne, y las reconfortantes recetas alpinas o corsas… es posible descubrir toda la diversidad y la riqueza de los territorios franceses a través de su cocina. Cada región nos invita a saborear sus especialidades y su cocina en momentos de compartir.
Por algo la UNESCO incluyó la gastronomía francesa dentro de la lista de Patrimonio Inmaterial Mundial de la Humanidad en 2010.
La Cocina Mexicana es apreciada por todo el mundo por su riqueza de sabores y gran variedad. Sus orígenes se pierden en las culturas precolombinas con ingredientes autóctonos: maíz, chiles, frijoles, aguacate, tomate, cacao, nopal…
La llegada de los españoles enriqueció las recetas con la incorporación de aceite, trigo, pollo, cerdo y po supuesto arroz… resultando en una fusión gastronómica que en 2010 se gano la declaración como Patrimonio Mundial de la humanidad por la UNESCO.
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