Marruecos es un país milenario, heredero de siglos de tradición…
Nuestros vecinos del otro lado del estrecho y sin embargo un gran desconocido para muchos, por eso hoy queremos traerte algunas curiosidades qué quizás sabías, quizás no, y quizás te creemos un poco más de curiosidad para soñarlo y viajarlo.
Tierra de Hombres Libres
Remontemos tiempo atrás, mucho tiempo antes de que los fenicios llegarán a las costas mediterráneas del Marruecos actual, habitaban el lugar los “hombres de la tierra”, o tribus bereberes. “Bereber” es una evolución de la palabra árabe “bárbaro”, que es el nombre que dieron los árabes en su invasión del norte de África. Aunque los Bereberes prefieren denominarse “imazighen“, que significa “hombres libres”.
Y en verdad eran gentes de sentido de la independencia y de tradiciones arraigadas, lo que ha permitido que hayan permanecido a lo largo de los siglos, incluso después de la llegada de romanos y árabes, y hasta hoy en día incluso que perviven comunidades bereberes de Marruecos… pero ya llegaremos a eso.
La llegada de los Árabes.
La historia de esta tierra definitivamente cambió con la irrupción del los árabes y eI Islam, en su ánimo de conquista del mundo. Tras Mahoma, y a lo largo del siglo VII la expansión musulmana alcanzó todo el norte de África, la misma que llegó a España a comienzos del siglo VIII.
Los bereberes haciendo honor a su espíritu de resistencia, se rebelaron contra los gobernantes omeyas y abasíes, y el territorio se fragmentó en diversos reinos, algo como lo que pasó en la Península Ibérica, del mismo modo hubo gran fusión de culturas, y muchos bereberes fueron abrazando la religión musulmana.
El siglo XI, comienza la dominación de las grandes dinastías bereberes que se sucedieron hasta el siglo XV: almorávides, almohades, y finalmente los merinies, e instalaron los meriníes, pero para entonces el Islam y una gran población de árabes estaban asentados ya en todo el territorio.
Pero entonces surge la duda… ¿no todos los marroquíes son árabes?
No, no todos lo son, aunque la inmensa mayoría sí son musulmanes (el 97,8% de la población marroquí es de credo musulmán, solo un 1% son cristianos). Y aunque Marroquíes sí que son todos, como ciudadanos que son de Marruecos, en realidad sigue habiendo gran diferencia entre árabes y bereberes.
Ya hemos visto que los bereberes son nativos del Norte de África, la raza más antigua y numerosa del África septentrional. A día de hoy es una raza que sigue extendiéndose desde la costa atlántica hasta Egipto, dicen que incluso los guanches de Canarias eran bereberes.
Hoy los bereberes se estima que son el 35-40% de la población marroquí, y siguen viviendo en comunidades genuinas en zonas de montaña y del desierto, conservando sus tradiciones, y su forma de vida como viene siendo desde hace siglos. Eso sí, hoy la mayoría de bereberes profesan también el Islam.
Una cosa que sorprende a los viajeros es encontrar bereberes rubios, cierto es que predominan los morenos de piel y cabello, pero todavía es posible encontrar bereberes rubios y de ojos claros, recuerdo de la mezcla que experimentaron con las invasiones de vándalos europeos durante los siglos V y VI.
La dinastía Alaouí, la dinastía reinante más antigua del mundo contemporáneo.
Es la dinastía que actualmente reina en Marruecos es la dinastia “Alaouí”, cuyo nombre procede de su fundador Ali o Moulay Ali Sharif que se convirtió en sultán de Tafilete en 1631. Fue su hijo, Al-Rashid bin Sharif (1664-1672), quién consiguió unificar y pacificar el país.
Por cierto que la Guardia Real Marroquí es uno de los cuerpos militares más antiguos del mundo en activo. Una guardia de élite que está a cargo de la seguridad del Rey y la casa Real, tienen sus orígenes en la prestigiosa Guardia Negra que fue creada en 1088 por el Sultán almorávide Yusuf ibn Tasufin para asegurar su propia protección, al estilo de la guardia pretoriana de los emperadores romanos.
La mezquita de Hassan II, uno de los edificios religiosos más altos del mundo…
Esta Mezquita que se encuentra en Casablanca es sin duda la mezquita más grande de Marruecos.
Esta joven mezquita muy joven, inaugurada en 1993, llegó a se rincluso el edificio religioso más alto del mundo gracias a su minarete de 200 m.
Pero con la inauguración en 2019 de la mezquita de Djamaa El Djazair en Argelia, y su minarete de hasta 265 m de altura, La mexquita de Hassan II fue desplazada al segundo lugar.
Lo que no se puede negar es su espectacularidad, potenciada además por su ubicación en una pequeña peninsula como un balcón que se asoma al OCeáno Atlántico.
Y aunque en Marruecos no está permitida la entrada a los no musulmanes en ninguna mezquita, por fortuna se hace una excepción en este caso, y los viajeros podemos disfrutarla y conocerlaa través de una visita guiada.
En Marruecos está la universidad más antigua del mundo que sigue en activo.
Y es la universidad de Al Qarawiyyin o Al-Karaouin, situada en el corazón de la medina de la ciudad Imperial de Fez. Su fundación se remonta al año 859 dC, por una mujer: Fátima Al-Fihri. Y hoy sigue siendo uno de los mayores complejos arquitectónicos de la ciudad de Fez, así como uno de los más importantes centros de estudios coránicos. La siguiente universidad más antigua sería la de Bolonia, fundada 200 años después.
Vejer de la Frontera en el Rif
Es conocido el encanto de la ciudad de ChefChaouen y sus calles de casas pintadas en azul y blanco, un icono de la región norte del país, pero casi seguro no sabías que la ciudad está hermanada con la ciudad gaditana de Veejr de la Frontera. Y el porqué tiene una romántica explicación, una promesa de amor…
Dice la historia, o la leyenda que el origen de Chaouen se debe a Sidi Ali Ben Rachid, un emir que se enamoró locamente de una hermosa joven llamada Zhora durante sus viajes a España, y en concreto a Vejer de la Frontera, de la que era originaria Zhora. El emir desposó a la joven, y en poco tiempo debido al avance de la reconquista se vieron obligados a volver a Marruecos. Una vez allí se asentaron en un pequeño poblado en la ladera de una montaña del Rif. El emir fue asentando su poder en la zona, al tiempo que su amada esposa languidecía de pena extrañando su hogar en Vejer. Así el emir, deseando recobrar su felicidad decidió recrear en aquella pequeña población el encanto del hogar de su amada, al punto de intentar emular a imagen y semejanza lac ciudad y el trazado de sus callejuelas con sus casas encaladas.
Habrá quien señale acertadamente que Vejer es en esencia blanca, y así fue hace siglos la ciudad, encalada en blanco con inconfundible aire morisco andalusí, pero hoy luce muy diferente en tonos blanquiazules, e incluso el azul va ganando terreno, desde el último siglo. Dicen que esto es debido a los refugiados judíos que fueron acogidos en la ciudad desde 1930, que empezaron a pintar sus fachadas en tono azul, el color hebreo por excelencia, y que a tenor de que parece que refrescaba más el ambiente, y hasta aseguran que hay menos mosquitos, más y más lugareños, fueron tornando sus casas en azul, convirtiéndola en la ciudad mágica que es hoy.
La paradoja del país musulmán con un fuerte sector de producción vitivinícola.
Esto no es ninguna novedad que Marruecos es un estado confesional, cuya religión oficial es el Islam, pero sí son curiosas algunos hechos que resultan contradictorios con un país eminentemente musulmán, y en el que el mismo rey es la máxima autoridad religiosa islámica.
Seguramente ya sabrás que está prohibida la venta de alcohol a un musulmán (una ley que se conserva desde de la época del Protectorado francés), y sin embargo en Marruecos se fabrica, se exporta y se vende alcohol en todas las ciudades de manera perfectamente legal como cualquier otro producto. Lo que pasa es que no es fácil encontrar donde, y cuando se encuentra no es precisamente barato. Pero los marroquíes sí compran alcohol, eso sí para consumir únicamente en entornos privados, o bien en restaurantes y hoteles pero siempre fuera de las medinas.
De hecho Marruecos tiene un importante sector vitivinícola, con una producción de unas 40 millones de botellas al año, y algunas bodegas de renombre y alta calidad. Y es que a pesar de todo el vino forma parte de la tradición de una buena parte de la población.
A falta de alcohol, té verde, el “whisky bereber”.
Un famoso dicho Bereber que dice lo siguiente:
«El primer té es suave como la vida, el segundo dulce como el amor
y el tercero amargo como la muerte»
El té ocupa un lugar fundamental en la cultura marroquí. En Marruecos toman té a cualquier hora, en cualquier lugar y con cualquier excusa.
Sirve para combatir los altos calores y la deshidratación, sobretodo gracias a la generosa presencia de hierbabuena, y en los frios sirve para entrar en calor, pero sobre todo es una muestra de hospitalidad marroquí. No será raro que el viajero sea invitado a té varias veces al día, en el Riad, en la tienda, en una casa privada…
¿Y como llegó hasta aquí? Pues parece ser que es culpa de una reina inglesa en el siglo XVIII, cuya misión era introducir en el ámbito de la realeza marroquí la vajilla y todos los artefactos referidos al té, para así fomentar la industria artesana de Inglaterra.
A la vista está que lo consiguió, hasta el punto que Marruecos es de hecho el primer importador mundial de té verde, por ser el verde el más económico y el mejor para mitigar el calor, incluso fue en Marruecos donde innovaron añadiendo la menta para hacerla más refrescante.
Gastronomía de Marruecos, probablemente la mejor del continente Africano.
En Marruecos aman la comida en variedad, calidad y abundancia.
Como encrucijada de culturas entre África y Europa, la cocina marroquí ha tenido múltiples influencias: bereber, árabe, andalusí, judía, del África subsahariana y por supuesto francesa, con el resultado de un festín de sabores y matices, no es extraño entonces que esté considerada como una de las cocinas más ricas del mundo.
Y sí, además les gustan los platos abundantes, tenlo en cuenta si te invitan que no es de mala educación dejar la comida en el plato, ellos siempre ponen comida de más para halagar a los invitados, pero no es obligado acabarlo todo 😉
Cuscús, Tajine, Pastilla, Bissara, Harira, Kefta, Zaalouk… y más y más. Donde no pueden faltar las especias: canela, comino, azafrán, pimentón, cúrcuma, pimienta negra, jengibre, y por supuesto la mezcla entre las mezclas, el «Ras el Hanut», hasta 14 especias secreto de cada cocinero o vendedor, toda una fiesta para los sentidos.
Pero entre los ingredientes más típicos destacar los dátiles sus alimentos fetiches, no solo en su gastronomía, es que además son uno de los mayores exportadores por todo el mundo.
Revisemos algunas costumbres de Marruecos
Son un pueblo muy hospitalario, y con gran devoción de la familia, ambos hechos se conjugan a la hora de saludar, ya que en el saludo seremos preguntados por el estado de salud y bienestar de todos los miembros de nuestra familia, aunque no los conozcan. Así que no tengas vergüenza en devolver el saludo de la misma manera.
En Marruecos solo se besan en las mejillas entre miembros del mismo sexo, sobre todo si son amigos, mujeres con mujeres y hombres con hombres, pero nunca entre sexos opuestos, salvo que sean familiares. Del mismo modo no es raro ver a los hombres dándose la mano, es algo común entre amigos.
Si uno es invitado a una casa particular, conviene quitarse los zapatos al entrar, o ante la duda pregunta a los anfitriones, seguramente verás que el suelo del hogar está lleno de alfombras para precisamente andar sin zapatos.
El regateo también es una costumbre.
Parte de la cultura y la idiosincrasia marroquí, como de todo el mundo árabe. Y es de esperar que el cliente no acepte el primer precio dado por el comerciante, regatea al menos una vez, sin ninguna vergüenza, pero también sin abusar, o correrás el riesgo de recibir un improperio.
Ojo! Si ves un precio marcado entonces es un local en el que no se da el regateo.
Marruecos es un país muy joven
Niños de la escuela de Merzouga
Sorprendentemente su edad media está en torno a los 27 años. Y aunque la educación es obligatoria hasta los 15 años, muchos dejan de estudiar para ayudar en las labores de los padres. Es un drama porque solo la mitad de los marroquíes saben leer y escribir. Y aun con todo es raro encontrar marroquíes jóvenes que no hable más de un idioma.
Marruecos es el primer destino turístico de toda África.
Quizás su cercanía con Europa, los vuelos más económicos, y su estabilidad política, social y económica son puntos a favor. Al menos para el viajero español, y es que España es el segundo mercado emisor más importante para Marruecos… lo que confirma un hecho ¡nos encanta Marruecos!
¿Viajamos?
0 comentarios